Seamos claros: los silos hundidos, desaplomados y/o con filtraciones, los galpones desnivelados, las grietas en paredes, y las pérdidas por fisuras en tanques o cisternas son las patologías constructivas que más afectan los establecimientos rurales hoy en día. Ante este panorama desolador, es pertinente entender qué nos dicen cada una de estas patologías, como así también actuar en consecuencia para solucionarlas o al menos mitigarlas.
Si bien es necesaria la visita de un especialista para dar con un acertado diagnóstico, por lo general, estas se deben a una combinación entre la predisposición del terreno a los hundimientos (sobre todo en los suelos limosos y limos arcillosos que predominan en la región centro del país) y los excesos hídricos, que juntos socaban las construcciones, pero también, en menor medida, a motivos secundarios tales como: errores constructivos asociados a una incorrecta transmisión de solicitudes de carga, suelos con pendientes incorrectas que acumulan agua, la presencia de madrigueras y hormigueros que debilitan el terreno, las raíces de árboles, las roturas de cañerías, los progresivos desmoronamientos de pozos absorbentes, movimientos de suelo, el clima y/o el mero paso del tiempo.
En muchos casos, asimismo, estos problemas son subestimados y por no tomar decisiones a tiempo, se magnifican, aumentando los costos y tiempos de una reparación que no es tarea sencilla. Consecuentemente, recomendamos consultar a un especialista que pueda otorgar un acertado diagnóstico del daño estructural que sufre cada construcción, las posibles causas, distintas soluciones, y más importante aún, como prevenirlas a futuro.
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Sin paralizar actividades; sin desalojos; sin movilizar mobiliario; sin suciedades ni molestias.
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Nuestra tecnología nos permite intervenir todo tipo de sitios, como así también elevar losas de hormigón a su nivel óptimo debido al control del caudal y de la presión inyectada.
Reparamos 40m2 diariamente, en promedio.
Nuestro equipo de trabajo está formado para evitar realizar excavaciones, roturas y suciedades, lo cual implica reducciones en el uso de materiales empleados, que de por sí son sustentables.
El sitio tratado queda nivelado, sin fisuras, más estable y con garantía.
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